Preparar el pan de centeno es bastante sencillo y resulta mucho mejor que tener que comprarlo, ya que podemos hornearlo en el momento que queramos para comerlo fresco y podemos agregar nuevos ingredientes para mejorar su sabor o hacerlo más nutritivo. La consistencia de este pan lo hace único y es una inmejorable opción para el desayuno, gracias a que va muy bien con las mermeladas y los quesos.
La receta de pan de centeno que mostramos a continuación es una receta tradicional, muy fácil de preparar, los ingredientes son bastante fáciles de conseguir, seguramente están en todas las despensas, toma nota de ellos:
Ingredientes
- 1 taza (200 gr) de harina de centeno integral
- 1 ½ taza (300 gr) de harina de fuerza.
- ½ taza (100 gr) de harina de trigo integral.
- 3 cucharaditas de semillas de lino.
- 2 cucharaditas de levadura seca.
- 1 cucharadita de sal.
- 1 cucharada de melaza o en su defecto azúcar
- ½ taza (100 ml) de leche.
- 1 ½ taza (300 ml) de agua.
Preparación del pan de centeno
Para comenzar la preparación ponemos la leche y el agua en una olla pequeña y la llevamos al fuego para calentar un poco, retiramos del fuego, agregamos la levadura, la disolvemos bien y dejamos reposar en un sitio fresco y oscuro.
En un bol o recipiente grande tamizamos cada una de las harinas, agregamos la sal y las semillas de lino y mezclamos todo muy bien. Las semillas realzarán el sabor del pan y lo harán ver más apetitoso, se pueden emplear también semillas de amapola o de ajonjolí. Le añadimos a esta mezcla la melaza o el azúcar moreno, si se desea que el pan sea más dulce se puede agregar un poco más.
Añadimos poco a poco el líquido y amasamos muy bien la mezcla para obtener una masa suave. El amasado es un proceso fundamental para que el pan crezca y quede muy suave. En el primer amasado la masa queda un poco pegajosa, hay que amasarla bien, luego taparla con un paño de cocina, colocarla en un lugar tibio y dejarla reposar por unos 30 minutos.
Luego de este tiempo la masa ha aumentado su tamaño, la volvemos a amasar para obtener una masa suave y homogénea, seguidamente la colocamos en un molde con la forma que queremos dar al pan, hacemos unos pequeños cortes en la parte superior y si queremos podemos agregar más semillas.
Llevamos al horno precalentado a 250 °C, bajamos la temperatura de 200 °C y dejamos hornear por unos 25 o 30 minutos, el pan quedará tierno por dentro y con una superficie crujiente.